Aporte andino,hispano,japones y africano
Con la irrupción y conquista española, se produce la fractura de la historia de los pueblos andinos, y estos territorios pasan de una etapa de autonomía cultural y política, a una de dependencia y sojuzgamiento, como enseñara Pablo Macera. Tradicionalmente, dependiendo de la perspectiva en que se ubique cada uno, ello ha sido visto como un acontecimiento fundante positivo, o como un hecho totalmente negativo. Estas posiciones extremistas, no contribuyen a ninguna interpretación razonable y científica de los hechos, ni a conseguir el necesario entendimiento de la pluralidad actual del Perú y los peruanos. Para poder asumir la identidad peruana de hoy, es imprescindible superar las interpretaciones parcializadas e interesadas acerca de la invasión y la conquista española; abandonar las perspectivas cargadas de etnocentrismo y racismo de uno y otro lado, de subjetivismo de derecha o de izquierda; y asumir la irrupción de la cultura española y occidental, como lo que fue: un hecho histórico complejo, violento y crucial, pero explicable dentro de la coyuntura de su época.Por ello, al igual que el hispanismo, debemos superar la leyenda negra del anti hispanismo indigenista; y haciendo un balance actual, libre de apasionamientos, de tal hecho histórico, solo cabe asumir que la invasión y conquista española significó el trasplante a estas tierras de la civilización occidental, en su versión latina hispánica; la cual hoy en día todos los peruanos compartimos, en lo tecnológico, político, cultural y socio-económico. Significó asimismo el transplante fecundo, del idioma español, bellísima lengua moderna con la que nos comunicamos los peruanos; significó asimismo la asunción de una religión como la Cristiana, que había desterrado prácticas, como los sacrificios, pues creía en un hijo de Dios hecho hombre, de carne y hueso, cuya vida había sido precisamente sacrificada para poder liberarnos a todos y cuyo máximo humanismo se evidenció con hombres que vivieron los hechos de la conquista y alzaron su voz contra el genocidio de los pueblos indígenas, como Fray Bartolomé de Las Casas o Francisco de Victoria. En suma, con la llegada del elemento étnico español y occidental, se incorpora a estas tierras todo el bagaje cultural, tecnológico, que el resto del mundo había ido intercambiando y desarrollando, en mutuas inter-influencias entre sí, desde las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto e Irán, a la China, la India, Grecia, Roma y Occidente en general; y que los hombres andinos desconocían, pues -hasta entonces- esta parte del mundo había permanecido aislada de esos contactos http://blog.pucp.edu.pe/item/48843
Las exclusiones y las inclusiones
El racismo en el Perú
EL RACISMO COLONIAL Alberto Flores Galindo escribió “En el Perú nadie se definiría como racista. Sin embargo, las categorías raciales no sólo tiñen sino que a veces condicionan nuestra percepción social”(1988:259). Es decir, el racismo colonial es una realidad cotidiana que marcha mas allá de los discursos racistas y se internaliza en nuestra forma de ver y comprender una sociedad y los grupos que la integran, vale decir que las clases sociales no solamente son percibidas por su rol que cumplen en la producción sino que a ello, se agregan en forma conciente y/o inconciente la idea de raza en su mas simple significado: color de la piel y cultura tradicional. Estas condiciones generan intolerancia hacia la religión, pensamiento político, utilización del idioma y la vestimenta (Ramírez 2001 ; Lostaunau Moscol 1993). En el caso peruano se presenta como un enfrentamiento entre lo supuestamente “moderno” y lo tradicional; entre la xenofilia y la endofobia y por último, entre la dictadura neoliberal y la democracia popular. La invasión y dominación española generó en el Perú el racismo colonial. Dividir la sociedad entre una República de Españoles y una República de Indios, significó partir a la sociedad por el origen de los hombres. Esta visión también se ejerció sobre los negros quienes llegaron como grupo social adscrito a los españoles y por lo tanto, en la sociedad colonial pasaron a formar parte del sector dominante pero, como un apéndice, es decir, sin poder, aunque contrarios a las masas indígenas. Son muchos los jóvenes investigadores que han empezado a indagar sobre la situación del negro en la colonia, destacando Jacqueline Guevara Blanco (2002) y Betzabeth Ortega Luján (2003). En ambos casos, la situación social del esclavo es analizada dentro de la sociedad total y en un proceso histórico en movimiento.
LOS DISCURSOS RACISTAS EN EL PERU El siglo XX no sólo significó en el Perú nuestra incorporación al capitalismo imperialista en calidad de país dominado y de una economía neocolonia, sino también, dio inicio a una serie de discursos racistas por parte de muchos de intelectuales de origen aristocrático. José de la Riva Agüero y Osma, Víctor Andrés Belaunde, Alejandro Deustua, Francisco García Calderón y Honorio Delgado, entre otros. Para Riva Agüero en el indio vivía secretamente una posición hostil y vengativa; para Deustua los indios eran pobres infelices y analfabetos, mientras que Delgado se convirtió en un defensor del nazismo (Yarasca 2003). Culturas geograficas ¿A quién le falta identidad nacional en el Perú? Si entendemos ésta como el arraigo de nuestras raíces, historia, valores, la experiencia peruana revela a una sociedad, más bien, de identidades fuertes. ¿Podrá alguien decir que nuestros paisanos, los qosqorunas (Cuzco) no son claros y meridianos en su modo de ser? Si hasta el centro, el ombligo del mundo se sienten. ¿Habrá alguien tan miope que no encuentre solidez en los aymaras, los hombres de bronce? ¿Y qué decir de los huancas como de nuestros paisanos de Ayacucho o de Huancavelica, seguros de lo suyo pero desamparados tantas veces en nuestra historia patria? ¿Puede alguien ser tan despistado que encuentre falta de carácter, de temperamento nacional en nuestros campesinos cocaleros? Y si cambiamos de región, ¿acaso los chiclayanos, los piuranos, los tumbesinos, los huaracinos, los trujillanos o los hombres y mujeres de Iquitos no están escribiendo en los últimos tiempos y desde siempre páginas de lucha, de dignidad, de amor al terruño, a lo propio? Ni hablemos de los nacidos en la denominada República de Arequipa, los que a partir de su entronque histórico con el Cuzco y Puno configuraron hace varios siglos una región semi-independiente poco ligada a la capital, con mucha autonomía, circuitos comerciales propios, hasta tren regional y salida comercial hacia Bolivia como lo podemos encontrar en valiosos ensayos de Tito Flores Galindo y Baltaco Caravedo Molinari. Destaca además el orgullo de los chalacos y de todos los regionalismos. ¿Cómo ha podido difundirse esa monserga de falta de identidad del peruano cuando encontramos un tremendo potencial identitario? Lo que pasa es que la llamada identidad nacional no es una sumatoria de identidades múltiples. Sumando identidades regionales fuertes no resulta una identidad nacional fuerte, menos en un país que se caracteriza por tener una composición étnica muy heterogénea. ¿No serán los estamentos criollos los que no viven identificados con la historia patria y sus valores nacionales? Porque que sepamos son ellos los que han gobernado nuestro país desde el grito libertario y han dado escasas muestras de solidez en sus proyectos políticos, en sus plataformas gubernamentales. ¿Dónde pues la debilidad, la falta no de identidad sino de patriotismo, de amor por lo nuestro y la venta fácil de nuestros recursos a los extranjeros? ¿Acaso no es desde Lima desde donde se ha dirigido el Perú a partir de 1532 y posteriormente a partir de 1821?
Desigualdad social y de genero en el Perú
Identidad Extremista:
El comandante general del Ejército, general Edwin Donayre, habló ayer desde Chincha (Ica) para señalar que sus controvertidas declaraciones antichilenas "expresaban lo que siente todo soldado que ama a la patria", aunque aseveró que su permanencia en esa arma depende del presidente de la República, Alan García Pérez. El polémico militar dijo que sus afirmaciones fueron dichas "en un momento de tensión internacional por motivo de la demanda que hacía el Perú ante (la Corte Internacional de) La Haya por el problema de la demarcación fronteriza marítima. Además, a cualquier soldado del país le debe preocupar, le debe interesar la situación en tanto están en riesgo la integridad territorial y la soberanía del país. Ahora resulta que el agraviante es el general Donayre, es lo que comenta en una reunión familiar y coloquial".
domingo, 29 de marzo de 2009
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